Los días a veces tienen esos "deja vú's" de momentos ya vividos, de errores ya cometidos, de cambios ya realizados. Dicen que "el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra", pero creo que como primer punto quien puede garantizar que eso no le pasa al resto de los seres de este planeta y del comos, y si les pasa, como nos sucede a nosotros, siempre es por algo. Es una cosa "karmatica" diría alguno, y si, puede ser, a veces dejamos de producir pequeños cambios como personas por vagancia o desinterés, o falta de voluntad, pequeños cambios que mejorarían (depende cuales sean y a que niveles) la forma en que nos relacionamos con el universo que nos rodea y el mundo que se crea y en el que creemos para nuestra vida (que lo compartimos con el resto de los seres, también a distintos niveles y bajo otras formas).
Cuan importante pareciera por momentos frenar un poco, salir a caminar, tomar agua... hay cosas que al menos a mí me bajan a tierra, o me conectan con el cielo mismo, con lo cósmico, todo convive, nos toca convivir con un montón de circunstancias y elecciones, algunas elecciones son condicionadas por las circunstancias, otras derivan de éstas últimas, otras producen distintas circunstancias. Vivimos en el pensar, el soñar y el hacer. Citando una canción de Pepo San Martín: "No soñes con zapatillas, si no vas a dejar tu silla". Vemos el sol, el cielo despejado, los arboles ya reverdecidos, la copa del que se encuentra frente a la terraza ya funcionando como una especie de cerco natural. Ventanas al mañana, nuevamente el desafiarse para crecer, para renovarse, para sacar de uno una mejor versión. Si no das tu mejor esfuerzo, me dice mi mente, ¿que es lo que estás haciendo?. Es hora de tirar los dados, jugarse por los sueños, renovar ciertas apuestas y redoblarlas, el futuro lo estamos escribiendo ahora mismo, en este mismo instante en el que podemos gritar... ¡Estamos vivos!.
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