La pasión no es locura

Se confunden sonidos de truenos y aviones, el domingo contrasta el verde de mi jardín con un gris tornasolado, nimbus asoman y dibujan cuadros en el aire.  El eucaliptos dibuja una sonrisa en mi rostro, una sonrisa formada de recuerdos.  La hojas flotas en el viento, danzan en el aire, se mantienen, una lluvia de ellas caen al suelo, una coreografía aérea de bailarinas ahora inanimadas sobre el césped.

Caminan las imagenes de la felicidad sobre las veredas de baldosas que salpican

Fotografías a color caminando sobre un paisaje fílmico, rodeado sólo por un arcoiris que yo puedo ver.  Paz en la mirada, reflejo de serenidad en el andar.  Hoy puedo ver que no vale lo vivido más de lo que hoy vivo, porque lo que en este momento sucede es lo que respiro y lo pasado solamente añoro.
Brilla sobre las copas de los árboles la luz de un día de verano, el sueño que me atrapa sobre el pasto volando por los ríos, nadando entre montañas.  Sugestivos aromas de la calma, recuerdos de infancia en charla que ya he tenido pero que es una suave conversación que hoy se renueva.  Destellos de lo que vendrá, mágicos chispazos de sueños vivos, del fuego mismo que crece en el corazón. 

Felicidades reflexivas

Finalmente, mi voluntad creció de tanto meditar sobre el asunto.  Las últimas ideas que han pasado por mi agitado complejo vecinal de neuronas (en la irracionalidad de una comunidad, creo tener sólo una de las "neuronas" en disidencia, lamentablemente ésta es la que tiene linea directa a mi lengua para decir algunas cosas que a veces pueda no haber consultado con el resto) me obligaron casi a sentarme frente a la máquina y volcar en un espejo palabras que se ordenan para contarme de mi ser y transportarme a un lugar donde buscar mi paz.