lunes, 13 de septiembre de 2010

Cenizas

Trata de buscarla... arroja del escritorio al suelo todos los papeles, volantes, papelitos, cds y eteceteras inimaginables.  Revisa uno por uno, pero nada.  Abre desesperadamente cajón por cajón, implora al cielo por un poco de ella.  Lo motiva el dolor, ese angustia auto-generada quizás por no poder tolerar todo lo bueno que lo rodea.  Es que en él la ha encontrado siempre, ineludiblemente allí reside permanentemente.  Otros sentimientos lo intentan convencer de su paradero, pero sabe que en el primero mencionado no habrá escondite.