lunes, 29 de noviembre de 2010

Recepción de señales

Una persona se hizo flores y colores, ya no es lo que representaba. Acordes alterados, estados molodiosos, paciencia que no espera. Garabatos poco acomodados reordenando los gabinetes de la mente.  Sirenas, alarmas, la luz de alerta encendida. Ojos cerrados pero concientemente abiertos.  Recibiendo señales del más allá, que no es tan lejano ni en tiempo ni en distancia; ¿o acaso son las horas y los kilometros lo mismo?.  ¿Acaso vamos realmente a algún lado? ¿Es siquiera lo que veo lo que parece?

Despejando sombras que de todas maneras siempre andan uno o dos pasos detrás.  La probabilidad del cambio, la resurrección de la muerte de las viejas ideas.  Palacios de mentiras, verdades que no son ciertas. Conversaciones que quizás están sólo en la mente.
¿Es tu voz la que navega y naufraga en el viento? Asteriscos como estrellas marcando el pulso de comunicaciones erráticas.  Fundición de ideas. Tráfico convulsionado de átomos y partículas, explotando en millones de partes que se estrellan, desplazan y rebotan contra la corteza cerebral.
Un desmayo, el corazon se atasca, las luces se desvanecen, los pasos se detienen. Esta vuelta a la calesita ha llegado al final de este recorrido.  Carrousel celestial, el mundo sigue girando.  Una despedida que prefiere ser un hasta luego, convirtiendo llanto en sonrisas, oraciones en recuerdos, la celebración de una ida para festejar todo un camino.  Nuevas flores en el jardín.

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