Sueños que vuelan y me rodean, vuelan como fantasmas, pero no me asustan. No tienen brazos ni piernas y debe ser esa la razón por la que ellos simplemente vuelen. Sueños sin cabeza, sueños sin dueños. Estoy en el jardín donde creamos nuestras ideas, donde escribimos nuestras vivencias y decidimos las experiencias que nos hacen quienes somos o tomamos las decisiones que nos convierten en nuestras experiencias.
Nuevamente un mar de confusiones frente a un oceano de respuestas. Parado en el borde de lo que llamamos cordura espio por la puerta entreabierta cuan alto está el cesped del otro lado. Descripciones anidadas, miradas que conectan, almas que colman el universo en armonía. Desconcierto en las situaciones tras tomar la acción que pide a gritos todo tu ser. Seguridad al respirar profundo olvidando donde estamos, para estar donde queremos. Sentirse libre, sentirse vivo... mirar al infinito para ver que somos parte, para ver que nada puede con nuestra energía y que detenernos no es una opción. Saber y entender que el tiempo es nuestro aliado y no nuestro enemigo, que es él quien nos acompaña toda nuestra vida. Es momento, este es el Tiempo; el de ellos, el mio, el tuyo, el nuestro de buscar un nuevo estado, de buscar la felicidad y dejarnos llevar por esa fuerza que arrastra nuestra mente hacia un nuevo destino, hacia el destino de la conciencia, donde nosotros elegimos.
jueves, 10 de diciembre de 2009
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