Un cielo de peces de colores, caminando sobre ellas, saltando sobre las estrellas. Soy aire, respiro sangre y corre carne por mis venas. Un cielo de agua turquesa, nado en sus rápidos, intrépido me sumerjo entre sus piedras. Soy hojas, respiro savia y corren ramas por mis raíces.
Montañas de blancas nubes, vuelo a través de sus precipicios, me lanzo por sus peñascos. Soy río, respiro algas y corren olas por mis peces de colores... y soy cielo mientras respiro agua, me alimento del aire, sangro tierra y desfallezco en un mundo de brillos, estrellas, oscuridad, música, silencios.... silencios que son música y mis oídos encandilados por las luces al tiempo que mis ojos no dejan de llenarse de una sinfonía asombrosa salida de un globo extraño que un Dios Niño lleva en sus manos, en un parque de diversiones celestial perdido entre los laberintos de una mente disociada, de un ser eclipsado que no deja de resplandecer para ser luz y brillar.
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1 comentario:
Oh, de verdad que tu manera de escribir me parece rara, y llega a un límite en que siento lo que escribiste. Muy difícil de lograr. De verdad que me gusta como transmitiste todo. Hay calma en tus textos :).
Un beso Pablo
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